Hay aspectos que a simple vista no se ven y que pueden dar problemas.
Adquirir una casa puede ser la operación más importante en la vida de una persona. Por ello, es primordial revisar física y legalmente el inmueble que te interesa. Hay muchos casos que después de mudarse a la nueva casa aparecen fallas en las instalaciones, humedad en los techos y muros o problemas de carácter legal.
Para que esto no suceda, es menester hacer una investigación detallada de los siguientes aspectos:
1) Observar las condiciones de los acabados. Qué tipo de mantenimiento tienen o qué tan deteriorados están.
2) Con la mano cerrada golpear los muros. Si suena hueco es posible que haya humedad internas y en el corto plazo podría darse desprendimiento de acabados.
3) En las esquinas de los techos -donde se unen las losas con los muros-, verificar que no se observen manchas. Además de falta de impermeabilización, podría ser que una tubería esté rota.
4) Observar el perímetro de las ventanas para verificar que el sellado está funcionando. No debe pasar el aire.
5) Prender y apagar todos los interruptores de luz, de ser posible dejarlos prendidos mientras visita la casa. Así, podrá detectar si existen problemas de carga eléctrica.
6) Verificar que puertas y ventanas abran y cierren adecuadamente. En las puertas podrían faltar bisagras o estar desniveladas.
7) Abrir las llaves del agua, verificar que la salida tenga potencia y que no estén tapadas las tuberías.
8) En los baños hay que jalar la palanca y escuchar la velocidad con que se llena el tanque.
9) En la cocina, preguntar por la llave que cierra la tubería de paso. Lo ideal es que sean dos, una para el gas y otra para el agua.
10) Los muros colindantes con el jardín o jardineras pueden ser susceptibles de humedad.
11) Una propiedad con más de 20 años de edad, requiere cambios en las instalaciones: eléctrica, sanitaria y tuberías en general.
Vía: AJose Luis Contreras (Región Capital)